Criticamos para repensar, no para catalogar, no para valorar,
criticamos a diario y eso nos hace humanos.
En la nueva película
que se estrenará el próximo año 2016, La Guerra del Planeta de
los Simios, nos encontramos con
una saga que ha sabido atraer al público tanto exigente como menos
crítico y aficionado al cine de ciencia ficción. En el comienzo,
digamos, más contemporáneo de la historia reciente del cine,
aparece en 2001 El Planeta de los Simios,
la película dirigida por Tim
Burton, sí, el genio pero desorganizado guionista, más artista que
escritor, fue desde su noticia un aclamado ejercicio de nostalgia
para los seguidores de la clásica saga de los simios, pero tras un
periodo de fama permanente y éxito de recaudación por la novedad,
ya que lógicamente se esperaba con ansía desde hace 30 años un
Planeta de los Simios fabricada con la calidad cinematográfica
actual. Pero
esa ola del estreno fue apaciguando los ánimos y las esperanzas de
toda una saga que posteriormente vendría una década después con El
Origen del Planeta de los Simios. Si buscamos alguna explicación, se
encontraría en el aclamado Tim Burton, director de grandes películas
como Eduardo Manostijeras o la animación Pesadilla antes de Navidad,
pero si miramos detenidamente su carrera, su éxito y su programada
originalidad se debe a películas de corte más surrealista que es lo
caracteriza su gran visión e imaginación cinematográfica, en el
Planeta de los Simios nos encontramos ante una base más bien de cine
de ciencia ficción y no de cualquier otro
género, El Planeta de los
Simios ha sido y siempre será uno de los clásicos de ciencia
ficción que más fuerte
ha pegado en la historia, y algo así no se podría comparar con la
versión moderna, y menos con la versión bohemia e
imaginativa, siempre diré que la ciencia ficción es conocimiento
convertido en arte, y ese fue el verdadero fracaso por parte de la
producción de El Planeta de
los Simios (2001).
Es
cuando llegamos al año 2011, de la mano de Ruppert Wyat, considerado
un profesional del cine y autor de varios guiones de bastante
reputación, El Origen del Planeta de los Simios,
desde el punto de vista de un gran aficionado a la ciencia ficción,
es una puesta a punto muy atractiva para el momento de decadencia y
crisis proyectiva que vivimos en este género, donde ya prima más
las producciones de barato capital humano, que aunque muy legitimado
por todos, le falta sustento que esa ciencia ficción dura le da a la
existencia artística de la cultura, de una forma en que a cualquier
persona apasionada o así mismo aficionada por mero ahínco en el
entretenimiento cinematográfico le puede llamar la atención, y eso
es principal para atraer un éxito de taquilla, algo que no llegaba
con tanta calidad desde la obra cumbre de James Cameron (Avatar).
El Planeta de los Simios: (R)Evolución, como es también conocida en
el continente latinoamericano, proporciona un guión lleno de
emoción, y un interesante punto de vista de la saga, con toques que
en la permanente sociedad que evoluciona actualmente nos muestra una
valida crítica de como tratamos al entorno animal
o a incluso la conocida como
Gaia o Madre Tierra, sin ser
conscientes que no somos sino no más que los mismos seres inseguros
que fue adquiriendo esa cultura y tecnología para nuestro mayor
bienestar, pero a la vez en momentos peores en
cuestión frecuente sobre
nuestra legitimidad sobre la Tierra. Es por lo tanto una muestra
cultural magnifica y muy adecuada para nuestra sociedad. Se ve
patente en El Amanecer del Planeta de los Simios o El Planeta de los
simios: Confrontación, dirigida por un experimentado Matt Reeves,
pone de manifiesto aún
más sobre nuestra posición como ser moral, dando un papel más
humanizado a los simios, pero que acaba por mostrarnos la misma
naturaleza conflictiva desde el mundo personal de los personajes, y
por lo tanto un aspecto muy importante que observamos es la relación
misma que entablan humanos y simios, pero que como hemos visto en
otras películas no vinculadas a la actual saga, termina por
“civilizar” la barbarie y la dominación de una especie sobre
otra, es un acertado punto de conciliación con nosotros mismos y que
hace reflexionar mientras contemplas el espectáculo visual.
La
Guerra del Planeta de los Simios deja un escenario que según vemos,
marcará un antes y un después en el equilibrio de fuerzas de
humanos y simios, y no da por perdido ningún imprevisto.